jueves, 19 de marzo de 2015

Día del padre

Lo reconozco. Y no me da vergüenza decirlo. Todo lo contrario. Lo digo con orgullo. Yo soy una niña de papá. Lo fui cuando era pequeña, lo sigo siendo y siempre lo seré. Si hay alguien que ha influenciado en mi vida, es él; si alguien me ha inspirado para ser mejor, ha sido él; si alguien me ha dado unas alas fuertes para soñar, ha sido él.
Mi padre suele parecer serio cuando la gente lo ve por primera vez, es una persona que inspira respeto cuando le oyes hablar, explica sus ideas de una manera que sin darse cuenta la gente acaba convencida de que tiene la razón en lo que dice... Mi padre es un luchador, sabe lo que quiere y trabaja duro para conseguirlo. Pero también tiene un sentido del humor irónico, inteligente...
Mi padre es cabezota (¿ya os había dicho que nos parecemos mucho?), nuestras broncas han sido épicas (ya os comenté que tuve una adolescencia algo... Rebelde) pero por mucho que discutiéramos, siempre supe que me quería como nadie podría nunca quererme.
Tengo la suerte de tener una familia unida, nos gusta pasar tiempo juntos, siempre planeamos vacaciones entre todos, nos vemos todos los fines de semana y raro es el día que no hablamos por teléfono. Sé que no es normal. Como no es lo habitual que mi acompañante en los partidos de baloncesto sea mi padre.
Sé que a la gente le extraña que estemos tan unidos. Para mi es lo normal, lo raro sería no estarlo. Mi padre me crió (trabajando de noche, estudiando la carrera durante el día, sacando horas de donde no había para pasar tiempo conmigo), me contagió su amor por la música, los deportes, la política... Siempre estuvo a mi lado cuando me caí, no me impidió cometer errores, sólo me ayudo a aprender de ellos, conocedora que siempre estaría a mi lado cuando le necesitara...
Mi padre (junto a mi madre) no sólo me dió la vida, sino me enseño a vivirla.

¡¡Feliz día papi!!

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