- ¿Se puede saber dónde
vamos?
- Un segundo.
Coge el móvil mientras salen de la
residencia, habla con alguien, ella casi no entiende la conversación.
- ¿Confias en mi?
Levanta una ceja, le mira. Sin
contestar. Él sonríe, le conoce lo suficiente para saber que no va a obtener más respuesta que esa mirada,le coge de la mano mientras empieza a andar. Pero en vez de ir
a la salida dan la vuelta al edificio. De pronto, observa a un chico que se asoma por la
ventana de un cuarto del primer piso. Se gira a mirarle.
-Yo pensaba que era Romeo quien
trepaba por la ventana de Julieta.
- Pero tú siempre has sido muy
rompe-leyendas.
No se lo podía creer. El amigo de
su… ¿amante? le agarra la mano, un pie en el bordillo y trepa por la
ventana. Se vuelve a mirar por la ventana y ve como él recorre el camino de vuelta para entrar por la puerta del edificio. El amigo le lleva hasta su habitación donde él la estaba esperando.
- Espero que al menos me des una
copa para compensarme del esfuerzo.
- Lo que tú quieras.
Besos, caricias… Una hora después los dos, desnudos, sudorosos, tomando esa copa, tirados en la cama, las
sabanas revueltas. Y ella se ríe.
- ¿De qué te ríes?
- No… nada… No sé cómo acabará esta
historia. Pero tengo seguro que nunca me olvidaré del día en que trepé por una
ventana para acostarme contigo.
Y nunca lo hizo.
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